lunes, 8 de febrero de 2010

Más pretensiones oficiales

El intendente municipal de Tres Arroyos blanqueó una actitud generalizada de su gobierno que habíamos comentado con el título "¿Y las pretensiones?", refiriéndose ello a las "instrucciones" que los medios de difusión (nosotros al menos) reciben habitualmente de los funcionarios, impartiéndoles consejos sobre alguna forma mejor de desempeñar nuestra tarea. Eso se ha trasladado a tal punto, que esos funcionarios critican a los concejales -electos por la población, no digitados por una persona-, porque hacen declaraciones y proyectos sin antes consultarlos.
Y decimos que blanqueó la situación porque, como lo sospechábamos
en algunos comentarios, confirmó que el criterio aplicado por sus funcionarios se origina precisamente en el intendente. Hasta tal punto que ahora ha iniciado una campaña contra los habitantes del distrito, contra la prensa y vaya a saber contra que otros sectores.
Ha quedado explicitado por el intendente Sánchez que él ve con malos ojos toda propuesta o crítica contra su administración, formulada a través de los medios de difusión (¿y la libertad de prensa?) instándolos a los convecinos a dejar de utilizar ese camino, acudiendo a hacerlo ante los funcionarios de su administración.
Naturalmente, ello lleva implícito -parece, al menos-, que el tema no debe trascender fuera del ámbito oficial. También surge que el jefe de la comuna no acepta críticas públicas, y que cuando exhorta a la población a aportar su grano de arena, elaborando consensos y justificando algunos errores naturales, lo que necesita es que sigan apoyándolo sin difundirlo.
¿Estaremos equivocándonos? Si así lo especifica el jefe municipal, tendremos que aceptarlo. Es decir, no vamos a pretender que en la población haya una cerrada oposición al intendente y su gobierno, que no lo disculpen nunca, que no se busquen consensos, porque caeríamos en el mismo error del Sr. Sánchez. Esa "confusión" sería decir que la única razón es nuestra y que debe ocultarse todo los disentimientos, con lo cual aplicaríamos la "doctrina Sánchez": nadie puede ir a un medio de difusión o dirigir cartas de lectores o buscar formas de crítica, porque estas actitudes molestan al gobierno municipal.
Porque, naturalmente, el jefe comunal agregó a aquellos conceptos -en su recorrida con el bloque oficialista y otros funcionarios, por la sala de emergencias del Hospital Pirovano-, que las críticas deberían ser constructivas. ¿Qué querrá decir con eso? Parece raro que intente que en lugar de juzgar negativamente, cada poblador elabore un proyecto sustituto del oficialista y suplantar así la gestión del gobierno. Sería pretender algo irrealizable. Porque es habitual que haya sugerencias constructivas, pero al parecer dejan de serlo si son públicas.
¿Serán opiniones constructivas aquellas que son elogios para el señor Sánchez? Cuando mencionamos la costumbre que inauguraron sus funcionarios, hasta aconsejando que los concejales actuaran bajo un secreto al que parece ser tan afecto el intendente, dijimos que eso no tiene sentido. Debemos ratificar eso.
¿Cómo deberían actuar los medios de difusión si alguien se sale de esas reglas? -que son la real pretensión del titular de la comuna-. Quizás pidiendo la firma del DE para autorizar la difusión o publicación. Tal vez rechazando la carta del convecino preocupado y que con su crítica intenta colaborar y no obstruir. O quizás cerrando sus secciones en las cuales los lectores, oyentes o televidentes brindan sus opiniones.
En lugar de eso, el intendente habrá desechado una costumbre natural de la democracia de formular aclaraciones, de no ocultar hechos y circunstancias, de no cubrir con un manto de oscuridad lo que él, solamente él, no quiere que trascienda
Luego de seis años de gobierno, con disentimientos profundos en su propio partido, esperando más de las conducciones de otro signo político en la Nación y la Provincia que de su propia habilidad administrativa, pese a haber sextuplicado en ese lapso el monto del presupuesto comunal, Carlos Sánchez ha oficializado su opinión contra la libertad de prensa y de opinión: quizás no en lo absoluto, pero sí cuando se refiere a su propio interés.
Tal vez lo necesite para trazar un horizonte que en este momento, políticamente hablando, no parece ser demasiado claro. ¿Influirá en ello que no tuvo inconvenientes en reunirse con el ex presidente Kirchner en Olivos y recibir seguridades de financiación de obras en marcha con exclusivos fondos nacionales, negando totalmente su adhesión al "Cónclave de Pinamar", donde días antes se había tejido una malla antikirchnerista entre varios intendentes y legisladores vecinalistas?
¿Le habrá comentado qué pensaba de la asistencia a ese encuentro de Pinamar del presidente de su partido y antecesor suyo en el municipio? ¿Lo habrá descolocado ante el ex mandatario nacional esa dualidad?
Un famoso poeta latinoamericano, Mario Vargas Llosa, escribió no hace mucho tiempo, al comenzar este año, que "si me preguntan por el personaje más importante de 2009, yo no elegiría a nadie de la beligerante especie a la que pertenezco". Agreguemos que la elección que hizo Vargas Llosa fue original, basándose en un relato fiel ocurrido en Kenya: un hipopótamo de pocos meses, arrastrado por un maremoto, perdió a su madre. Pero él adoptó como progenitora a una tortuga gigante, ya centenaria, de la cual nunca se separó. Owen, dice el escritor peruano, como los hipopótamos de todo el mundo, prefiere el amor a la guerra y no tiene inconvenientes en mostrarlo, ¿Un ejemplo para los humanos?

la voz del pueblo - 07/02/2010

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